Por Leandro Juango
El principio es un elefante. Un 129 rojo del lado de
la ventanilla del sol. El tránsito es pesado y se intuye la llegada tarde. Abajo del colectivo, ya en la Terminal de La Plata , me acomodo a las
diagonales y las tanteo un poco. Inmediatamente después, llamo a Lautaro
Barceló, compositor, guitarrista y piedra fundamental del sello Uf Caruf!, que
en primera instancia no me contesta. Sigo caminando hasta que la llamada vuelve.
Hay un derrotero previo a cualquier tipo de
entrevista: en ésta, lo importante es dejarse llevar. El primer paso es un ensayo
de la Orquesta de
perros, uno de los tantos proyectos que Barceló mantiene. El ensayo es en
los Estudios Nakao, refugio de varias bandas del sello, que funciona como estudio
de grabación pero también como sala. El primero en llegar es Pablo Matías Vidal
y conversamos un poco sobre un show recientemente dado en El Quetzal, en
Palermo. Más tarde se suma Pablo La
Ferrara y Juan Bautista Barcellandi, bajo y batería
respectivamente. Siendo consciente de mi condición de voyeur acerco algunas
cervezas que se acoplan fácilmente a otras que ya traía algún integrante de la
banda. Trabajan con “Un gordo emotivo”,
compuesta por Barceló que puede rastrearse en Llueve!, pequeño EP editado por el sello en el año 2012. Versión a
versión, la canción logra cierto aplomo a pesar de las quejas de los
integrantes que persiguen una coherencia
de climas imperceptible. Una vez extinguidas la primera tanda de cervezas, y
con la asistencia de Germán Guilodoro, guitarrista y última adquisición de la
banda, recargo los envases: “Acá no te podemos vender más, pero enfrente o en
la otra esquina puede ser”, me guían en el almacén. Al volver ya no ensayan las
composiciones de la banda sino que se inicia una rotación de músicos sobre cada
instrumento. Se borran los bordes de las canciones y prevalece el juego por
sobre lo formal.
El ensayo termina y los miembros siguen su camino. El
mapa dice que la primera escala es Rivero
y el Mico, en un bar donde podemos comer algo: Cabra 72. En el camino
perdemos a Vidal, que se abre por las diagonales. Si “The Falcons es la mejor banda en vivo de La Plata ” explica Barceló, “The
Siniestros es la mejor banda de La
Plata ”. También hablamos de fútbol y política. Los tópicos se
mezclan y cambian. De San Lorenzo y las raíces de esa simpatía en los orígenes
de Barceló padre en Floresta. De Vélez y la grabación de un video de la Orquesta de perros en los alrededores del
estadio sobre la Avenida
Juan B. Justo. Conversamos también sobre el mítico Festival
de La Plata ´91:
de la elección de Los Peregrinos como
mejor banda por sobre los Peligrosos
Gorriones, de Manuel Moretti y Francisco Bochatón y de la influencia de
ambos en las generaciones por venir.
Llegamos a Cabra 72 y nos encontramos con cerveza
artesanal y un patio atiborrado de gente. Hay que esperar bastante para la
comida, por lo tanto, hay que pasar el tiempo probando la cerveza rubia, o
roja, da igual. “Nosotros tenemos un ritmo de grabación que nos permite
acoplarnos mejor a las licencias Creative Commons por sobre las de Copyright”
explica Barceló mientras apura la pizza. “Nuestra elección por estas licencias
apuntan más que nada a la difusión, a que una persona no se sienta un criminal
al descargar un disco”. Mientras tanto, los integrantes de Rivero y el Mico, banda del sello carufo, comienzan a organizar los
instrumentos a pasos de la parrilla que alberga pizza y brochettes de cerdo a
mansalva. Sueltan “La sombra”, canción
que podría ubicarse como cortina de algún unitario de Pol-ka. También “Todo
está en vos”, hit radial todavía por descubrir. Más allá de esto, la banda no
logran imponerse en este contexto; las voces de las mesas del improvisado
restaurant no se dejan seducir. El volumen es bajo y la amabilidad de las
canciones, finalmente, juega en contra
Al finalizar el recital emprendemos nuevamente el
camino en busca de Pura Vida y La teoría
del caos, otra banda del sello. Pasamos por la plaza y la catedral, casi
una visita guiada. Conversamos de los apoyos políticos, de las complicaciones
del último recital organizado por la Municipalidad , donde Gustavo Cordera, a cargo del
cierre, exigió caprichosa y arbitrariamente adelantar su set, obligando a las
bandas locales a tocar menos y a las apuradas. Hablamos sobre los nuevos
simples de Él mató a un policía
motorizado, y la capacidad vocal del cantante. Explico que para mí el
Chango (Santiago Barrionuevo aka Santiago
Motorizado) es un talento enorme de los que no abundan, pero que su registro
vocal a veces no llega a la nota exigida. Barceló es categórico: la voz atrás
de los instrumentos es una decisión estética, atribuida a la banda y a un tipo
de sonido que incluso puede asociarse al sello Laptra: “Si Chango canta al lado
mío, me tira de lo fuerte que lo hace” asegura Barceló. “Tiene una voz super
poderosa”.
“La
Plata es un gran sello”, afirmará Barceló más tarde. Esa
afirmación podrá corroborarse en el intercambio de integrantes entre banda y
banda, algo que rara vez se encuentra en los conjuntos de Buenos Aires. También
en la cantidad de músicos que recorren los recitales y que se mueven en
conjunto (eso mismo que estamos haciendo ahora). Incluso, esa solidaridad en
plan comunidad se aprecia desde los extraños nombres que toman las bandas: son
tantos y tan raros que parecen unificarse y formar una sola banda. No sólo un
gran sello.
Llegamos finalmente a Pura Vida. Esperamos afuera un
momento. Antes de La teoría del caos,
suena Indios, de Rosario. La música
no entusiasma y nos quedamos en la vereda. Ahí, en la puerta, Sebastián Lino,
también integrante del sello, nos entrega su fanzine La
Papa Universal. El escenario de Pura Vida está bendecido
por una frase de Federico Moura: “Toda mi pasión se elevará viéndote actuar”.
Mientras tanto, empiezo a recorrer Pura Vida. El mítico bar combina cerrazón y
bohemia en cantidades similares. Acá todo es oscuro. Como afirmaba Barceló
horas antes “En Pura Vida siempre es de noche”. La teoría del caos arranca y en dos acordes resuelven todo. Todo
suena ajustado y contundente. Despliegan las canciones más pegadizas de su
disco debut rápidamente: “Año Nuevo” y “Después de todo”, los puntos más altos
de la lista. Una buena sociedad de bajos y baterías y un cantante que se
instala en la tradición platense vocal son algunos de los elementos para
seducir al público. La voz de Sebastián Coronel suena efectiva, atrapa, llama
la atención. Llega el turno de “Árboles”, un estribillo que despega y la
sensación de que la banda tiene algo para empezar a hacer ruido.
Termina el recital y adentro la noche sigue. Afuera,
frente a Pura Vida, una plazoleta y más cerca la Facultad de Bellas Artes.
Allí, Sebastián Coronel conversa con amigos y cruzamos a saludar. Mientras
tanto, un grupo de chicas y chicos fogonea “Tu Entregador”, de Lucas Martí.
Realmente extraño encontrarse con una versión de fogón de esa gran canción. Seguimos caminando, como no podía ser menos. Las cosas que se estiran no
tienen nombre. O sí las tienen, y todavía no las descubrimos. Queda espacio
para un ida y vuelta sobre Astor Moguetta, integrante también de Uf Caruf! que
con apenas seis años ha grabado su primer LP. As y la Masa
Atómica (Uf Caruf!, 2012). Barceló es palabra autorizada.
No sólo es su profesor, también es el productor del disco. “Las canciones
surgieron porque focalizo en eso a la hora de enseñar”. Hablamos de una frase
de Astor sobre el destino de rock de los músicos. La noche se estira, La Plata se estira. En el
fondo de la noche, y cerca de la
Terminal , queda espacio para un grupito de encapuchados que
intenta interceptarnos. Seis o siete ninjas. La noche es tan de noche que finalmente nos traga.
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Créditos PH: Estefanía Santiago
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