La máquina de hacer canciones
Por Leandro Juango
Lautaro Barceló es el nombre de uno de
los pilares de Uf Caruf!, sello digital y usina de canciones de La Plata. A cargo de la
dirección, también participa en varios proyectos como guitarrista o compositor:
Miro y su fabulosa orquesta de juguete,
Canto el cuerpo eléctrico y Orquesta de perros. Con un pie en la
canción y otro en la gestión, Barceló brindó a la Tía
Bowie una entrevista en donde se conversó de todo un
poco: el nacimiento y funcionamiento del sello, las licencias digitales,
SADAIC, y también de la siempre vital escena de rock de La Plata.
¿Cómo
se genera el espacio Tocate Mil, en
el año 2008, que da nacimiento a Uf Caruf!?
A Tocate
Mil te digo como llegué yo: empezamos a organizar un ciclo en Estación
Provincial con Germán Novarini (ex integrante de Gregorio Samsa, Increíbles ciudadanos
vivientes, actual miembro de Campesinos
salvajes), en un playón enfrente a la estación. Ahí pusimos un escenario y comenzamos
a llamar bandas para que toquen. Por un amigo conocí a Seba Coronel (integrante
de La teoría del caos) y él conocía a
todos estos pibes que fueron parte de Tocate
Mil: Rudi, Vidal, toda la gente que vivía en una casa que se llamaba La Comu.
No vivían todos pero estaban ahí, de lunes a viernes, sábado,
domingo, tocando canciones hasta las tres, cuatro de la mañana. Eran diez
personas en ronda tocando así: canciones, canciones, canciones. Cuando caímos a hacer el ciclo es como que se
armó un espacio que estaba bueno y empezó a acercarse gente que era del palo
canción. Después íbamos siempre para La Comu, no sentíamos
que era nuestro lugar la estación, y flasheábamos con llevar La Comu,
como fogón y reunión de canciones, a un lugar físico. Empezamos a organizar un
ciclo los miércoles en Calma Bar. Cuando empezamos el ciclo comenzamos a llamar
al grupo como colectivo de cantautores Tocate
Mil. El antecedente primero y más mítico que se nos viene es La Comu.
¿Por
qué Uf Caruf! elige las licencias Creative Commons?
En principio, pensá que somos un montón y
que no todos estamos informados o con ganas de informarnos. A Soviético, lo
primero que se le cruzó cuando sacamos el disco fue que tenía que ir a SADAIC. Le
pareció todo una mentira, no le gustó que lo atiendan atrás de una ventanilla,
sintió que esa burocracia no era parte de sus canciones, le agarró un ataque de
“esto no es natural”. Es un chabón que se maneja así, muy orgánico. Nosotros le
veníamos hablando de las licencias. Porque lo que es básico, que la obra sea
tuya, es un principio de protección automática. SADAIC es una gestora de
derechos para cobrar, una gestora colectiva, y hoy en día no funciona realmente
como tendría que funcionar.
¿Hay
entonces una mínima incompatibilidad entre SADAIC y una propuesta como la de Uf
Caruf!?
A los músicos de nuestra talla, o que
tienen nuestros medios, o que salimos en ciertos medios, por ahí se nos
convierte más que nada en una pérdida de tiempo para el tipo de proyecto que
encaramos. De todos modos, siempre alguien tiene que pasar por SADAIC porque
trasciende su laburo de gestora, es prácticamente la entidad que te habilita a
ser músico, que te da obra social, que te deja cobrar en ciertos festivales.
Pero no nos saca el sueño. Por otro lado, las licencias Creative Commons son
súper instantáneas y permiten que podamos compartir legalmente nuestras
canciones, que nos importa mucho más que cobrar dos mangos cada tres meses si
la pasan en la radio.
¿Por
qué no eligen las posibilidades que otorga la UMI?
La movida de la UMI va por otro lado. Nosotros
queremos crear algo nuevo y la UMI
labura en base a seguir exigiendo algo viejo. Que está buenísimo que exista y
que la gente esté ahí. Pero bueno, ahora el tema de los descuentos lo estamos pudiendo
conseguir por una red de sellos que armamos acá en La Plata. Solamente
por el hecho de mandar muchos discos a replicar ya estamos consiguiendo el
mismo descuento. De todas formas, es gente con la que tarde o temprano te tenés
que juntar porque estamos en la misma. Por ahí apuntamos a lo mismo desde
diferente lugar. También nosotros somos más jóvenes. Venimos medio despojados
de todo lo que fue el rock antes. Hoy lo vemos como es: así, nada más. Hoy en
día creo que es mejor la música pero no el negocio.
¿Qué
ventajas y desventajas encuentran y experimentan en lo digital?
La ventaja es que te puede escuchar cualquiera,
tenés accesibilidad total a lo que quieras. La desventaja es la curaduría: si a
vos no te reseñan el disco, si a vos no te saca una revista, no estás dentro de
un contexto donde la gente entra a bajar música, el disco nunca llega a ningún
lado. Creo que lo que hay que mejorar de lo digital es la curaduría. Y que haya
más portales de música. Gente que escriba sobre música y que a la vez se transforme
en referente. Lo que está faltando es eso: lograr nodos donde ir a rescatar
música. Los sellos por ahí sirven de curaduría. Vos sabés que si entrás a la
página de Laptra vas a escuchar bandas que tienen ese sonido indie. Vos sabés
que si vas a escuchar Uf Caruf! son más cancioneras, o tienen más melodía.
¿Cuál
fue y es la importancia de La
Plata como ciudad y movimiento para el sello?
Es mamá La Plata. Si no hubiésemos
estado en La Plata,
seguramente, hubiese sido mucho más difícil. La comunidad musical acá es muy
copada. Acá todos conviven con todos de una forma u otra. Hay puteríos internos
como en todos lados pero a nivel general estamos super bien. Al principio, Uf Caruf!
salió de la nada, un grupo medio sectorizado que no conocía a nadie. Cuando
empezamos a crecer, de a poquito, empezamos a entablar relaciones con las
bandas que hoy hacen rock. Nos encontramos con que todos tenían una
predisposición zarpada, todos quieren ser amigos. Uf Caruf! es como un pequeño
hijito de una comunidad más grande. La
Plata es como un gran sello. Aparte, vas a otro lado, “¿De
dónde es la banda?”, “De La
Plata”, la gente ya te identifica con una forma, dentro de
algo, por más que no tenga nada que ver una banda con la otra. A las bandas de
acá yo les creo, me pasa algo. Por ahí eso pasa porque hay una tradición, uno
va contagiando al otro esa cuestión más emocional de la música.
¿Cómo
es la convivencia con los demás sellos?
Ahora armamos una red de sellos. La
convivencia es genial: en todas las fechas, por lo general, tocan bandas de dos
o tres sellos. Las relaciones son un tanto abiertas y desprolijas, y está
bueno. Pero también colaboramos un montón, nos pasamos contactos, laburamos
juntos. Desde la parte de gestión yo tengo contacto con los demás sellos y tengo
una devolución tan buena como con los pibes de Uf Caruf!
¿Qué
principales diferencias ves con los inicios del sello en el año 2008 y ahora?
Ahora lo vemos desde otro lado. Es
sustentable hacer música y estamos laburando para eso. En un principio
pensábamos laburar de una forma más clandestina, low fi, y después nos dimos
cuenta de que empezábamos a sonar. Que a la gente le podía gustar lo que
hacíamos. Al principio no sé si nos interesaba tanto. Y ahora estamos tratando
de organizarnos para que a la gente que le tenga que llegar, le llegue. Antes
bardeábamos que nunca íbamos a salir en la Rolling Stone y de
pronto, salen reseñas en la
Rolling Stone, y estamos contentos. Y antes ni nos
preocupábamos porque pensábamos que en la puta vida iba a pasar. Que todo era
una cuestión de arreglo monetario, que también es así, existen esas cosas. Nosotros
hemos llegado por otro lado más valioso.
¿Cuáles
son los próximos pasos?
Ahora nos estamos organizando en departamentos,
para empezar a articular mejor el funcionamiento de la gestión entre Prensa, Dirección,
Tesorería, Logística, Diseño. Que ya no dependa tanto de correr a uno o a otro,
que cada uno se haga cargo de lo que le toca. También está bueno que empiece a
aparecer gente que no se dedica a la música y que quiera aportar al sello. Creo
que lo que esperamos para el año que viene es organizarnos mejor y recibir
mejor esas ofertas que este año no hemos podido aceptar por una cuestión de
desorganización. Y por supuesto, no bajar el ritmo de lanzamiento de discos que
hoy en día es la identidad del sello. Un sello que es una máquina de hacer
canciones. Que no se pierda eso.
¿Qué
determina el ingreso al sello?
Nada, tendrías que haber estado desde el
inicio. Es un grupo de 20 personas que es un grupo muy fijo, gente que se
conoce hace tiempo y hace canciones. En base a ellos se armaron un montón de
bandas, se armaron amistades, se armó una comunidad. Si vos querés entrar al
sello, prácticamente tenés que ser amigo de todos. Tiene que haber un quorum
total. Sucedió en este último tiempo el caso de Villelisa, que era para una banda referente de La Plata para todos y que nos
ayudó cuando empezamos con el sello. Ellos tenían Cala Discos y les iba re
bien. Cuando tocaron en una fiesta Uf Caruf! se dio una situación: ellos
querían entrar a Uf Caruf!, se habían cansado del trabajo de gestión, y había
una cuestión que decantaba. Y les digo a los pibes, “fiché a Villelisa para Uf Caruf!” y todos
festejaban. Nadie dijo nada. Pero si invito a cualquier banda nueva genera
cierta discusión. Todos tienen como dos bandas que quieren que entre a Uf
Caruf! Villelisa pasó todas esas
barreras porque es amigo de todos y referente.
¿Cuáles
son los próximos lanzamientos del sello?
Ahora sale el de Miro y su fabulosa orquesta de juguete, dos canciones, que es un
adelanto del disco que va a salir en marzo del año que viene. Está buenísimo.
Va a salir el disco de La Asociación, que es
una banda que todavía no sacó disco. Y el disco de Santiago Peri y Los Imperdibles. Eso va a salir este año, principios
de diciembre. Y para el año que viene el disco de Canto el cuerpo eléctrico, el de Orquesta de perros. Bueno, el de la Jimmy
Jimmy Cesc Fabregas
Band, que es la banda de Vidal. Ese
va a ser un discazo, ya lo tengo escuchado.
Supongo que el año que viene todos van a sacar otro disco: La teoría del caos, La gran pérdida de energía, Primer
Hombre Internacional. A todos los veo laburando.
Algunos links:
Créditos PH:
Estefanía Santiago