martes, 4 de diciembre de 2012

El desorden organizado











Por Leandro Juango



Banda: Los Reyes del Falsete
Disco: Días Nuestros
Lanzamiento: Septiembre de 2012
Discográfica: Triple RRR
Género: Pop Rock





Ningún día es igual a otro. Ningún momento de la jornada se parece al que va a transcurrir mañana. Con algunas de estas premisas, y con la idea de la postal musical, Los Reyes del falsete acaban de editar su segundo disco, Días nuestros, esperado sucesor de La fiesta de la forma, primer LP del trío editado en el 2009también lanzado a través del sello Triple RRR.
La banda, integrada por Nicolás Corley (guitarra y voz), Tomás Corley (batería y voz) y Juan Martín Cianfagna (guitarra y voz), provenientes de la zona Sur de Buenos Aires, desliza en Días Nuestros un tronco común de canciones quecombinan frescura, potencia y melodía, elementos que pueden rastrearse en el disco previo. También el falsete atractivo y personal de las voces del trío se mantiene intacto. Pero el grupo ya no focaliza tanto en el manejo de los climas sino que conduce esa energía en la apuesta y coqueteo con otros géneros. Ese tronco común, antes subrayado, se vuelve difuso ya que el disco trabaja con lo heterogéneo como bandera: cumbia, electrónica espacial y de video game, e incluso algún traspié low fi (“Polvo-Tierra).
Y si de variedad se trata, Días Nuestros contiene quizás a una de las canciones a incluir en los balances de fin de año, en este caso la balada titulada “Los niños”. La canción es fiel a la búsqueda, tonos vocales y derroche de solos de Los Reyes del falsete. Pero también sabe inscribirse en otro plano, en el histórico, con un sonido que inevitablemente permite asociarlo a la tradición del rock nacional. Desde este enfoque, no es casualidad que Lito Nebbia haya colaborado con su voz y teclado ya que la canción lo solicitaba. La balada es un momento de desolación extraño, conducida por una delicada melodía y una lírica tan concreta como esquiva.
El disco cierra con “San Jorge”, cumbia interpretada con matices particulares. Una letra sugerente y una serie de arreglos que la ubican más cerca del altiplano latinoamericano que de los éxitos cumbieros de las décadas pasadas. Cada canción de Días Nuestros tiene su propio humor y parece querer acoplarse al día de la semana que mejor le corresponda. No hay un hilo conductor de género que garantice coherencia alguna en Días Nuestros, dificultando tal vez una primera lectura. Pero más allá de esa ausencia, ese desorden en base a frescura, vitalidad y espíritu lúdico, es lo que vuelve valorable la apuesta. 



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